En la máquina del tiempo, volviendo
exactamente un año atrás, ahí estaba yo, esperando el colectivo con el corazón
totalmente destrozado y una cara que no podía disimular siquiera un segundo, la
cantidad de horas que llevaba llorando desconsoladamente, sin parar.
Había
soñado toda mi vida encontrar un amor como el que sentía en ese entonces, mi
vida dio un giro total cuando llegó y todo fue hermoso, hasta que este día tuvo
que golpearme, nadie sabe lo fuerte que me golpeó, es algo que jamás voy a
poder olvidar.
Me sentía
perdida, totalmente desilusionada, estafada por el mismo Universo que me había
regalado algo tan hermoso, para después arrancarlo de mis brazos en un segundo, sin
previo aviso.
El paso de
los días no hacía más que hundirme en una tristeza que parecía no tener fin,
todos prometían una y otra vez que el dolor iba a pasar pero yo no creía esas
palabras, porque todo era gris en mi cabeza y también, por supuesto, a mi alrededor.
Fueron muchos los días en que despertaba y sin siquiera abrir los ojos lloraba, así empezaba mi rutina y seguramente el día terminaba igual.
Fueron muchos los días en que despertaba y sin siquiera abrir los ojos lloraba, así empezaba mi rutina y seguramente el día terminaba igual.
Yo sé lo
que es esperar una respuesta que no llega, haber dado tanto y sentir que no fue
reciproco, no de la manera en que supe dar, creo que una mujer cuando realmente
ama de la forma más real y pura se entrega tan completa que no se detiene a
pensar ni un momento en las consecuencias, porque es inevitable, porque no
entra en la mente la sola idea de dejar ir algo tan inmenso, soltarle la mano a
una persona con la que deseabas desde lo más profundo del corazón formar un
camino donde solo exista la compañía y el respeto, porque ese era mi sueño, un
sueño que solo deseaba vivir con la admiración y felicidad que siempre sentí
merecer.
Pero la
vida tenía otros planes diferentes a los que yo me estaba armando, sabía que
tenía que ser fuerte pero solo perdía peso, cada vez que me miraba en el espejo
veía los restos de la mujer inmensamente enamorada que había sido y lloré de
dolor hasta el cansancio, por meses y meses no me di la chance de salir de mi
propia burbuja mental, de conocer a alguien más, porque los planes para distraerme
no funcionaban jamás, por mucho que intentaba esforzarme, mi cuerpo estaba ahí,
mi mente quien sabe, yo no sabía tampoco, no sabía como equilibrarme.
Noches
enteras de cuestionarme como salir de esa sensación de soledad y ese dolor en
el pecho que no me dejaba respirar, en el techo de la casa de mis papás, siempre escribiendo, sentada
mirando al cielo, pidiendo que pare por favor, que alguien pare el dolor que me
estaba ahogando cada día un poco más.
Llamadas
que no eran devueltas, mensajes ignorados, discusiones sin ningún sentido
sobre algo que ya había terminado, estancada en mi propio laberinto mental.
Dios sabe
de toda la energía que invertí para salir de ese estado, no me rendí ni
desanimada.
De pronto
ya podía caminar de madrugada por la calle sin sentirme desprotegida, sin
llorar desconsolada, así también empecé a ver en el espejo una mirada
diferente, una sonrisa diferente pero no era suficiente, porque una relación
terminada es un espejo inmenso que nos devuelve el foco a nuestra propia vida y
la negación inconciente de esto es lo que provoca no poder desapegarnos de lo
que creemos que debería haber sido y NO ES;
9 meses
pasaron para que yo vuelva a nacer, exactamente 9 meses para que vuelva a emprender
un viaje al lugar donde sabía y sé, siempre me devuelve la alegría y la vitalidad
que pierdo cuando descuido mi energía, que es tan linda y tan grande.
Volví a
armar mi valija con los miedos de siempre, con las dudas de siempre pero con
una certeza inmensa en el alma: Voy a sanar hasta la herida más insignificante
por la que haya tenido que pasar no solo en esta historia, sino en mis 25 años,
voy a grabarme a fuego la lección que me tocó, para jamás olvidarme que el foco
de mi vida tengo que ser yo misma siempre, mis sueños y anhelos más profundos,
que tanto me costaron aceptar y sobre
todo voy a brillar donde sea que pise, siempre con mi autenticidad de escudo y
dejando en claro lo mucho que creo en mí.
Brasil me
ama tanto como yo amo estar en su tierra. Yo siento como fluye todo al momento
en que me adapto, es algo inexplicable.
Esta vez me
propuse que el tiempo fuera indefinido, aunque no voy a estar más de un año,
porque mi meta es otra, quiero aprovechar cada momento de todo lo bueno que la
vida me da y no volver a sufrir de esa manera nunca más; Eso es todo lo que sé,
no me lo permitiría por nada, ni en mi próxima vida, sé que estoy preparada
para todo lo que ya está llegando, preparada para recibirlo con mis brazos
abiertos y la sonrisa que se apagó por un tiempo en su momento pero que ahora está intacta, en
mi cara las 24 horas para no irse por nada, por nadie.
Al
principio todo me recordaba lo que vine a olvidar, lo que vine a soltar, ya con el paso de los días logré adaptarme, logré realmente elegir con el corazón
el lugar donde decidí vivir y puedo decir que ese amor que yo sentí por alguien
más no murió, no quedó en el aire, no desapareció, ese amor existe en mí, para
mí, ese amor me ayudó a revivir, a que hoy pueda mirarme en el espejo y ya no
vea ni tristeza, ni dolor, sino A MI, entera, completa, bien firme y fuerte en
mis convicciones.
Me gané realmente el tatuaje que tengo en mi hombro izquierdo,
Me gané realmente el tatuaje que tengo en mi hombro izquierdo,
Soy resiliente
hasta la médula, saqué del dolor más profundo la lección más importante de mi
vida y sé que voy a mantenerla por el resto de mis días, HOY sí puedo decir con
total firmeza que me amo profundamente, mucho más de lo que haya podido
imaginar y que estoy totalmente segura de que la vida tiene para ofrecerme
miles de aventuras nuevas, miles de experiencias diferentes y tantas otras
personas que van a aparecer a lo largo de este camino para darme el amor que yo
misma me doy, el respeto inmenso que tengo por todo lo que me hace la mujer que soy y la
admiración que yo siento cuando miro para atrás.
En este
momento solo disfruto la belleza de mi presente, de no extrañar a nadie, de no
sentir ningún tipo de dolor o rencor, disfruto de la mágia que genera ser
agradecida con absolutamente todo lo que llega y se va, disfruto de mí misma,
de verme cada día más hermosa porque sé que es realmente desde adentro hacia
afuera, florezco cada día más y todo parece tener sentido.
Puedo mirar
atrás y sentir una felicidad inmensa por mí misma, un orgullo que no puedo
explicar en palabras, que la vida me haya dado tanta salud para poder disfrutar
las cosas que veo desde que despierto hasta que vuelvo a dormir, estos paisajes que son un paraíso y que hoy son mi
casa, mi lugar.
Puedo mirar
atrás y el pecho me explota de alegría porque recuerdo que no podía levantarme
de la cama de tanta tristeza y hoy no me alcanza el día para todas las cosas
que quiero hacer, porque necesito un día de 28 horas para todas las actividades
y lugares a los que quiero ir, para toda la gente hermosa con la que estoy
compartiendo lo lindo que es sanar, lo difícil que es curarse a sí mismo y no
puedo no decir lo valiente que me siento, lo mucho que respeto a cada persona
que pasa por este proceso de levantarse solito y moverse donde la vida lo lleve
para no cargarse con amarguras, para avanzar sin parar.
Vine acá a
crecer física, espiritual, mental y emocionalmente.
Vine acá
porque no podía ir a ningún otro lugar que no sea el que planeé la primera vez que viajé, cosa que al final… no hice, por amor,
porque me enamoré con todas las fuerzas y decidí volver a Buenos Aires. Dónde más
iba a ir si no era acá? para encontrarme con lo que nunca tenía que haber
perdido, el amor por mi propia vida.
Vivo por un
propósito mucho mayor que cualquier deseo de mi propio ego, vivo por una meta
que todavía no sé como voy a llevar a cabo, vivo por los sueños que la vida suspiró
en mi oído una y otra vez, hasta que se cansó de que no quiera escuchar y los
gritó con todas las fuerzas para que abra los ojos, me sacudió y me enseñó al
100 por 100 lo que tanto predico, el amor propio y sus bendiciones, lo fuerte
que es para esta tierra la energía que emana una mujer que se valora por encima
de todo, porque lo contagia donde quiera que va, porque esas palabras que tanto
dije, que tanto escribí sobre ponerse primero, se me hicieron carne y son hoy
lo que respiro, lo que transmito, lo que se ve cuando me ven.
No me
cansaría nunca de agradecer la oportunidad de estar acá, de estar lo suficientemente presente para ser mi propia testigo, testigo de como todo se va
amoldando a medida que uno entiende que es hora de crecer, a medida que se
despoja uno de sus propias limitaciones, de sus miedos, me siento desnuda de
todo eso, siento que al fin brilla de nuevo esa luz en mí, que floto cuando
camino, que sonrío y sin motivo pero que a su vez los tengo todos, todos los motivos y más;
Creo que la
vida fue tan buena conmigo que no puedo guardar ningún tipo de rencor con
nadie, es que hay gente que se va de este mundo sin saber lo que es amar tan
profundamente como amé, hay gente que se va de este mundo sin poder apreciar la
lección tan inmensa de amarse desde lo más profundo como lo estoy haciendo.
Sé que a partir
de ahora todo lo que atraiga va a nacer desde ese sentimiento que tengo por mí
misma y me llena de felicidad, porque al fin estoy lista, al fin estoy donde
quería estar, donde tantas noches escribí rogando por favor, que llegue este
momento donde pueda verme así, donde los colores estén vivos a mis ojos, donde
pueda disfrutar de mi propia compañía sabiendo que no me falta nada, porque
mente/cuerpo están viviendo en el momento presente, estoy completa y no voy a
soltarme la mano, porque lo mejor está viniendo, lo mejor ya está acá.
Y ahora
solo me queda disfrutar, como lo estoy haciendo.
De los nuevos
amores, amistades y anécdotas que la vida guardó para mí acá mismo.
Y despido la temporada de Piscis que fue para soltar por completo, feliz porque lo hice, ahora puedo recibir la temporada de Aries con esto que escribo, la temporada de los verdaderos inicios, la primavera astral, libre para florecer y florecer sin parar.
Que la mágia siga todo el año!
Y despido la temporada de Piscis que fue para soltar por completo, feliz porque lo hice, ahora puedo recibir la temporada de Aries con esto que escribo, la temporada de los verdaderos inicios, la primavera astral, libre para florecer y florecer sin parar.
Que la mágia siga todo el año!
No hay comentarios:
Publicar un comentario